viernes, 17 de agosto de 2012

18 HUÉRFANOS





Un disparo seco de Santi Cazorla, un pase imposible entre líneas de David Silva, una arrancada salvaje y doble recorte de Kun Agüero, una finta de Juan Mata, un cabezazo de Salomón Rondón,  una conducción elegante de Diego Ribas, un control orientado de Borja Valero, un 'tackling' y apertura a banda de Javi Martínez, una exhibición de potencia de Koné, un remate al primer toque de Roque Santa Cruz... imágenes que van desapareciendo de los resúmenes dominicales de la Liga Española.  En La Rosaleda, Mestalla, Vicente Calderón, Cornellà-Prat, Benito Villamarín y, en resumen, 18 estadios de Primera División se sienten cada día más huérfanos. Empieza una nueva temporada y sus equipos, esos que iban a ver cuando eran niños de la mano de su padre, se ven dramáticamente debilitados. Cada vez cuesta más transmitir esa ilusión, esa que ellos sentían los domingos de fútbol hace años, a sus hijos. Ahí se quedan, padres e hijos en las gradas, desangelados. Huérfanos de ídolos a los que admirar.

'El día que los titulares dejaron de llevar los dorsales del 1 al 11 murió el fútbol' escuché una vez. Una aseveración algo radical, pero con mucho sentido. Murió parte de la esencia del balompié y nació el Negocio del Fútbol. Y, claro está, todo negocio busca rentabilidad. España, país abonado al enriquecimiento fácil y el pelotazo rápido, es terreno propicio para ello. Barcelona y Real Madrid se reparten el gran pastel televisivo y eso, lógicamente, empobrece al resto, les aprieta la soga que llevan al cuello. Esos que reciben las migajas prefieren no quejarse, por miedo a perder lo poco que les queda. Vivir 'en la cárcel y con miedo', como diría un gran amigo.

Así hemos llegado a la época de los campeones de Liga de los 100 puntos, de delanteros de 40 goles en una temporada, de equipos modestos que prefieren reservar a sus jugadores frente a Barcelona o Madrid, no sea que se lesionen y se pierdan los partidos 'de su Liga'. Esa Liga de 18 huérfanos, que pelean por sobrevivir. Mendigando cesiones, fichajes low-cost, futbolistas en declive o jóvenes canteranos que aún están por madurar mientras los 2 grandes gastan millonadas en fichajes y en salarios estratosféricos.

'El fútbol es el opio del Pueblo' se quejan algunos. Pero es cierto que el fútbol es el refugio de los desamparados, el oasis de los inquietos, la realidad de los escépticos. Una forma de democracia, donde cualquiera puede opinar libremente y, de algún modo u otro, todos tenemos razón. Sin embargo, unos horarios convertidos en rompecabezas indescifrables, unidos a la fuga de talentos que sufre nuestra Liga, están vaciando la mayoría de los Estadios y asfixiando aún más a los equipos modestos que son, no lo olvidemos, la base de esta pirámide. Síntoma inequívoco de que algo no funciona.

Cada dos veranos, el dolor se alivia porque la selección está de dulce. Principalmente, el aficionado al fútbol español se alegra de las victorias de La Roja porque la siente como propia, algo que nadie puede arrebatarle. Sin embargo, con el paso del tiempo, la estructura de la Selección Española va a quedar muy definida: 1. Jugadores del Barcelona 2. Jugadores del Real Madrid 3. Jugadores que están en el extranjero. La selección ya no será algo de todos, sino de unos cuantos y, para entonces, ya será demasiado tarde. Llegarán los lamentos y el 'nadie avisó de que estábamos matando al Fútbol Español'.  Porque esta Liga bicéfala sólo se interesa por lo que pasa en el Camp Nou y en el Santiago Bernabéu. Y grandes jugadores que ponían en pie a 18 Estadios se van marchando, porque no tienen cabida en ´LA MEJOR LIGA DEL MUNDO'.

CADA DÍA QUE PASA VEO MENOS PARTIDOS DE LA LIGA ESPAÑOLA. SI ESTO SIGUE ASÍ, ME TEMO QUE NO VOY A SER EL ÚNICO.