viernes, 30 de diciembre de 2011

2012, SÓLO APTO PARA VALIENTES

El año 2011 ha significado para mí 365 días de aprendizaje continuo, casi salvaje. Sufrí enormes pérdidas en lo personal, lo deportivo y lo laboral. Llega un momento en que uno cree que no da más de sí, que lo intenta pero las cosas no le salen porque no tiene suficiente capacidad.
Mirad, creo que la mayor virtud personal (aquella que no implica relación con el resto) de un hombre es la tolerancia a la frustración. Aceptar que, a veces, tus esfuerzos no son suficientes para conducirte al ansiado objetivo. Ante esa situación hay dos opciones: buscar excusas o buscar soluciones. Nunca fui partidario de esconderme tras las circunstancias, sino de afrontar la adversidad y encajar el golpe de la decepción de forma digna.
Es entonces cuando aprendes de verdad. Un gran golpe exige una gran reacción. Y ésta, bien canalizada, da resultados exponenciales, te eleva por encima de tus expectativas. Así termina el año para mí: con la satisfacción de haberme repuesto, haber evolucionado aceleradamente, haber participado en proyectos que parecían inalcanzables y con la responsabilidad de mantener el listón. Ése es mi propósito y mi deseo para el nuevo año: Valentía. Para encajar golpes, para levantarse, para decir ´lo siento', para pedir ayuda y consejo, para alejarte de lo que no te gusta y, sobretodo, para salir a buscar lo que realmente mereces.

Sin más dilación ni discurso filosófico barato, vamos a lo que realmente nos gusta: el fútbol de calidad. Se acaba el año y las mejores reflexiones del blog, aquellas que habéis disfrutado en privado y elogiado en público, se junten aquí: en la síntesis final de 2011. El año de las 10.000 visitas a este, vuestro espacio.

ENERO 2011. LA MALDICIÓN DE LOS 11METROS

Minuto 120 de los 1/4 de final y ahí se encontraba Assamoah Gyan, solo contra el mundo, masticando el silencio. Aún furioso por la 'trampa' de Luis Suárez y con mucho peso en las espaldas. 11 metros separaban a África de la redención total, de siglos de expolio colonial, de la esclavitud, del desprecio occidental y de forjar la leyenda de Gyan: El liberador de los oprimidos. Pero el Jabulani no cedió, se alejó de la portería uruguaya, y con él todos esos sueños africanos.

FEBRERO 2011. TENDÓN ROTULIANO, EL AZOTE DE 'EL FENÓMENO'

El juego de Ronaldo era lo más parecido a un alud de nieve virgen, una cascada amazónica imparable, una estampida migratoria de animales salvajes en el Serengeti. Depredador implacable, que dejaba a sus espaldas un elenco de cadáveres con un único objetivo: la red rival.
Hoy, Ronaldo Luiz Nazario da Lima ha dicho basta. Asegura estar cansado; cansado de ser huésped de las salas de operaciones, cansado de reconocer su maltrecha rodilla en radiografías a contraluz, cansado de recuperaciones infinitas y cansado de salir mermado de cada uno de los obstáculos que se le han presentado.

 MARZO 2011. EL RUGIDO DEL LEÓN INDOMABLE


Mallorca supuso un puente dorado hacia su primer gran reto: liderar el ataque del FCB. A pesar de convetirse en un ídolo de la afición culé, Samuel abandonó la Ciudad Condal por la puerta de atrás, cruzando el umbral del 'feeling'.
 'EN EL TÚNEL DE VESTUARIOS, ANTES DE UN GRAN PARTIDO, RONALDINHO ME MIRABA Y ME DECÍA: NEGRO, TÚ SÓLO CORRE QUE EL BALÓN TE VA A LLEGAR' SAMUEL ETO'O.(Informe Robinson).

ABRIL 2011. LA ETERNIDAD DEL TALENTO

Dicen que para subir un piano a un 5º piso hacen falta 9 hombres. Sin embargo, una vez instalado el piano en el salón, sólo 2 pueden tocarlo con la excelencia que merecen las grandes ocasiones. Giggs y Van der Sar suman casi 80 años entre ambos, pero anoche dieron su enésima exhibición al teclado del instrumento que afina Ferguson

MAYO 2011. SABADELL, UNA CITA CON LA HISTORIA


En la parte noroeste de Sabadell, elevándose sobre todos los edificios de la ciudad, se erige un mastodonte imponente. La Nova Creu Alta, terreno de grandes batallas balompédicas antaño, suspira por dejar atrás el sufrimiento y volver al sitio que le corresponde en el panorama futbolístico nacional.
Un servidor, que sólo ha conocido al CE Sabadell en ese taciturno deambular por el purgartorio de la 2aB (incluso algún coqueteo con la 3a División), se convierte en un transmisor de ideas sesgado, con demasiadas implicaciones con el conjunto arlequinado.


JUNIO 2011. MENTIRAS, EXCUSAS Y FÚTBOL


Me gustaría recordar que el fútbol modesto es la base de este Gran Circo. Para que Messi marque en la final de Champions, miles de jugadores han quedado en el camino con la vaga ilusión de engancharse a la élite.
En busca de esa ilusión, en ocasiones, se cometen locuras como trasladarse cientos de kilómetros a un lugar desconocido, dejar tus quehaceres, familiares, amigos, mover a los hijos... cazando contratos que no le harán rico a uno. 


SEPTIEMBRE 2011. TOURÉ YAYA, LA BALANZA DEL TALENTO

La llegada del Kun y Nasri este verano ha retrasado la ubicación del marfileño unos metros. Para hacer daño, es básico recuperar la posesión del balón en campo rival, y ahí Yaya se muestra implacable. Se acomoda siempre en el perfil ofensivo del equipo para dar apoyo en una transición hacia la otra banda o para, en caso de pérdida, atacar el tejido creativo rival. 

OCTUBRE 2011. LA TENUE MEMORIA DEL FÚTBOL


Ahí se plantó Fernando Torres ante Alemania en la final de la Eurocopa08: frente a dos panzers de la talla de Mertesacker y Metzelder. No se arrugó El Niño y, a modo de aviso, se elevó sobre semejantes pilares para cabececear y acariciar el gol. En la segunda no perdonó: leyó un pase filtrado de Xavi para rectificar la carrera de Lahm, ganarle la posición y enroscar el balón por encima de Lehman.

NOVIEMBRE 2011. LA LLAMADA DE ÁFRICA


Después de casi 5años ausente, el día de Todos los Santos, mi nombre volvió a aparecer en una convocatoria para defender la camiseta de Guinea Ecuatorial. El país de mi padre, las raíces de mi YO, el famoso '¿de dónde vengo?'. Sorpresa e ilusión abrieron las puertas de una responsabilidad ya sumergida en el olvido. Volví a escuchar la Llamada de África.

DICIEMBRE 2011. EL VALOR DE LOS INTANGIBLES

Se abría un nuevo escenario. Y en éste, más sosegado, Iniesta toma el control como nadie. Busca recibir en el estrecho pasillo que hay entre el mediocentro rival y el lateral, el carril del 8. Gira sobre sí mismo para buscar la mejor salida, juega al primer toque y se desmarca, controla orientado para deshacerse de la presión rival. Y todo eso lo hace con la seguridad del que está acostumbrado a hacer algo todos los días.



EN EL SENDERO POR EL QUE TRANSCURRE MI EXISTENCIA, ME HE ENFRENTADO A MUCHOS ENEMIGOS. PERO NINGUNO DE ELLOS TAN FEROZ COMO EL MIEDO AL CAMBIO. UNA VEZ SUPERADO ESE TEMOR, ME DI CUENTA DE QUE NI AQUELLA MONTAÑA ERA TAN ALTA NI AQUEL VALLE TAN PROFUNDO.   FELIZ 2012

lunes, 19 de diciembre de 2011

ETIQUETA NEGRA SEEDORF



Hay un tipo de futbolista que me asombra. Aquél que se convierte en el motor del equipo, capaz de hacer rotar a 10 compañeros a su alrededor. El tipo de futbolista que me habría gustado ser. Sin embargo, ese talento innato, caprichoso en sus asignaciones, me fue esquivo. Por ello, me conformo con saborear la calidad de estos privilegiados. Uno de esos ‘superclases’ que sí fueron bendecidos es, sin duda, Clarence Seedorf  (1976, Surinam/Holanda).


Uno de mis primeros recuerdos nítidos en este circo del fútbol, se remonta a una final de Liga de Campeones de 1995. El Ajax era mi equipo favorito. Van der Sar, Rijkaard, Davids, Finidi, Litmanen,  Overmars, De Boer, Kanu…. y, sobretodo, Clarence Seedorf. El equipo holandés se plantó en aquella final después de destilar fútbol de calidad por todo el Viejo Continente (incluido aquel recital en el Bernabéu). El fútbol total.  Con una media de edad que apenas superaba la veintena, Van Gaal diseñó una pieza maestra. Un Doctorado en la disciplina de ocupar bien los espacios. Recuerdo bien cómo aquel equipo era dinámico por dentro y dañino por los extremos. De cómo un imberbe con semblante de pantera salvaje llamado Kluivert recogió un pase de Rijkaard en el balcón del área y se estiró más allá de lo humano para anotar el único gol de la final. Poco a poco, aquel equipo de genios post-adolescentes fue desarmándose irremediablemente.

En el Real Madrid recaló Seedorf. Un gol desde el centro del campo al Atlético de Madrid fue su carta de presentación. Formó, junto a Redondo, una pareja de medio-centros intratable. Allí consiguió su 2ª Champions. La 3ª llegaría como milanista más adelante.
Más allá de lo material, es la esencia lo que perdura. Almenos para mí. Por eso sigo disfrutando de Seedorf. De cada control orientado, de cada pase filtrado al área, de cada vez que esconde el balón entre sus piernas de ébano talladas, que nos trasladan a su Surinam natal cuando el 10 rossonero nos ilumina con su fútbol. Ese ritmo sosegado, casi hipnótico, con el que el holandés acelera y relentiza partidos a su antojo.

Parece que cada año va a ser el último de Seedorf, que su físico no aguanta. Pero él no para de evolucionar. Se acomoda en el terreno de juego, busca su propio espacio y, desde ahí, hace bailar a todos. Da el pase y se mueve para recibir. Viene a buscar el balón y, antes de recibirlo, ya ha visto lo que tiene a su espalda. Conduce, elegante, el balón cosido al pie sorteando obstáculos. Jamás se altera, simplemente da soluciones y resuelve entuertos. Así es el fútbol de Seedorf: un fútbol de mocasines lustroso y etiqueta, de champán francés y música clásica.

Los estados de forma son pasajeros, pero el talento es permanente. Esa es la gran lección que nos regala el holandés. Los 1/8 de final de la Champions League han emparejado a Milan y Arsenal, en un duelo imprescindible para los amantes del buen fútbol. Siempre que puedo, veo los conciertos de Seedorf. Esos que da vestido de corto, con el éxtasis del que intuye que puede estar presenciando por última vez algo extraordinario. Clarence, fútbol de Etiqueta Negra.

domingo, 11 de diciembre de 2011

EL VALOR DE LOS INTANGIBLES


El de anoche fue un partido más. Quizá fue el partido de la semana o, si me apuráis, del mes. Digo esto porque uno ya se cansa de escuchar aquello de La  Batalla del Siglo, El Partido de los Dioses o demás apelativos más cercanos al marketing que al propio juego. Eso sí: hubo menos bronca, insultos y adrenalina descontrolada de lo habitual.  Algo que agradecí especialmente.

El ser humano, por nuraleza, tiende a cuantificar las cosas. Clasificamos a los coches según su cilindrada, al café según su procedencia y a los niños según sus notas en el colegio. Pero nadie, absolutamente nadie, ha hallado la fórmula para describir la sensación de ir a 200km/h, el aroma del grano colombiano o la reacción de un padre cuando su hijo le dice que le dé la mano porque tiene miedo. Esos intangibles, las cosas que no se pueden medir, son los que dan sentido a la vida.

En el fútbol, un aspecto más de la vida, sucede lo mismo. Los analistas se esfuerzan en recopilar datos de goles a favor, de los años que un equipo lleva sin ganar en un estadio concreto o las estadísticas sobre número de corners que saca un equipo. Todo eso se desmorona cuando el cuero empieza a rodar.
Todo ese trabajo de hemeroteca se cae porque a los 15 segundos de partido, Di María decide asfixiar la salida de balón azulgrana e intenta filtrar un pase al área que corta Busquets. Ozil, en semi fallo, habilita a Benzema, exquisito toda la velada, para que fusile a Valdés. El fútbol es tan grande que, dentro de un mismo partido, hay muchos partidos diferentes. Y, a partir del minuto 1, se abría un nuevo escenario.
El Real Madrid se pareció al de la primera mitad de la final de Copa del Rey. Agresivo e intenso, un fútbol de sangre caliente y colmillos afilados.

Mourinho, que de fútbol sabe un rato, hizo ayer una maniobra maestra. Consciente de la imposibilidad de tapar a Messi, decidió cortarle el suministro de balones cerca del área al argentino. El técnico portugués propuso un marcaje individual de Lass sobre Cesc por una simple razón: Messi se entiende con todos,  pero es a Cesc a quien más busca cuando se acercan al área. Pasaban los minutos y el plan de Mourinho se sostenía por la presión arriba y la defensa adelantada.
Sin embargo Guardiola, otro estratega consumado, se dio cuenta de dicha circunstancia y movió ficha. Retrasó a Busquets, ese prodigio táctico, unos metros.  Desplazó a Puyol para hacer vigilancia sobre CR y añadió otro alfil al tablero de ajedrez que es el centro del campo culé: Dani Alves. El brasileño desestabilizó la estructura madridista en ese arte de 'llegar a la jugada' en lugar de estar.

Messi arrancó sideral a la media hora de partido, como ya lo hizo el año pasado. Como ya lo hicieron Ronaldinho y Henry en la enésima demostración de jerarquía culé. El menudo argentino se deshizo de Ozil, aguantó el arreón de Lass y sirvió con ventaja para que Alexis, único futbolista que busca correr al espacio ausentes Villa y Pedro, explotara en velocidad y cruzara el balón ante Casillas.

Se abría un nuevo escenario. Y en éste, más sosegado, Iniesta toma el control como nadie. Busca recibir en el estrecho pasillo que hay entre el mediocentro rival y el lateral, el carril del 8. Gira sobre sí mismo para buscar la mejor salida, juega al primer toque y se desmarca, controla orientado para deshacerse de la presión rival. Y todo eso lo hace con la seguridad del que está acostumbrado a hacer algo todos los días.
En la 2a parte, el FCB monopolizó el balón y ahí murió el Madrid. Frustrado por la inoperancia de CR, cansado de perseguir el balón y resignado ante el fútbol de los catalanes.

'La apariencia es simplemente el envoltorio de lo esencial' leí no hace mucho. Da igual el sistema. No importa si es 4-4-2, 4-3-3 o 3-4-3. Lo que realmente marca la diferencia son esos valores que no somos capaces de cuantificar. Esos intangibles, invisibles a los ojos de los estadistas, que dan sentido a todo esto. Bueno, y al fútbol también.