jueves, 10 de mayo de 2012

LOS CAMINOS DEL ATLETI SON INESCRUTABLES



Se suele decir que los grandes fubolistas son los que aparecen en los grandes partidos. Que las finales no están para jugarlas, sino para ganarlas. Que son los campeones, y no los derrotados, quienes escriben la historia con letras doradas. Verdades como templos.

Anoche, Athletic Club y Atlético de Madrid libraron una batalla en Bucarest para dirimir quién iba a ser el nuevo campeón de la Europa League. Los bilbaínos, tras eliminar a gigantes europeos de la envergadura del Schalke04, Manchester United o Sporting de Portugal. El equipo colchonero, acostumbrado ya a las grandes citas, en su tercera final europea en sólo dos años.
El equipo de Bielsa, que ha maravillado a todos con su fútbol eléctrico, la presión muy arriba, la intensidad física y el buen trato de balón, se diluyo anoche durante la primera mitad. Confió demasiado en el balón largo de Amorebieta sobre Llorente, muy vigilado toda la noche. Esta fórmula no funcionó en ningún momento.

Sin embargo, los hombres de Simeone demostraron esa madurez que exhibe de manera aleatoria, en momentos muy puntuales. Suárez y Gabi, impecables en lo táctico, desconectaron a De Marcos y Muniain de Llorente, desesperado por no encontrar socios con quien crear algo de peligro real y por el sensacional trabajo Miranda y Godín.

Falcao es de esos que sí aparece en los momentos importantes. Lo hizo la temporada pasada, en idénticas circunstancias, marcando gol en la final de Europa League que le dio el trofeo al Oporto. 29 goles en 29 partidos en dos ediciones de la competición europea. Ésos son los registros de Falcao, el Tigre de Santa Marta.
En su primera aproximación a la portería rival, el colombiano enseñó los colmillos. Se perfiló en el pico derecho del área, frenó, amagó a Amorebieta, tiró la bicicleta hacia adentro y enroscó el balón a la escuadra contraria de Gorka.1a0.
El Athletic insistió en partir el equipo, con 6 hombres por delante del balón. Posesión horizontal, a menudo estéril, y ataques muy previsibles. Sobre la media hora, volvió a rugir el Tigre. Recibió en escorzo de espaldas a la portería y giró, majestuoso, sobre sí mismo para perforar la portería vasca por segunda vez. 2 a 0.

En la 2a mitad, Los Leones estuvieron más reconocibles. Ibai le metió otra marcha al equipo y el asedio sobre el área colchonera era cada vez más feroz. Lo intentaron De Marcos, Toquero y, sobretodo, Susaeta en un remate franco que desbarató Courtois.
Ese paso al frente otorgó espacios a la delantera atlética. Un riesgo inevitable. Aceleró Falcao, ese talento salvaje, en velocidad. Se deshizo de Javi Martínez y Amorebieta y estrelló el balón en la base del poste.

Quien no perdonó fue Diego, maestro en el manejo de los tiempos y exquisito con el cuero en los pies. Condujo el balón, elegantísimo, en ¾ de campo, quebró a un desacertado Amorebieta por enésima vez y cruzó el balón ante la salida de Gorka. 3 a 0.
Tres goles de pura genialidad, tres zurdazos inapelables. Ganó quien más fiel se mantuvo a su estilo. Quien más cómodo se sintió en una gran noche para el fútbol español. Diego y, sobretodo, Falcao guiaron al Atleti a un nuevo título europeo.

Libro de Isaías (Antiguo Testamento): "No busquen respuestas. Porque Mis pensamientos no son como los de ustedes. Ni Mis caminos son los suyos (....) Los caminos del Señor son inescrutables".
Ésa es, precisamente la esencia del Atlético de Madrid. Un equipo capaz de tirar por la borda sus opciones de estar en Champions League de manera infantil y, por contra, mostrar una imagen de grandeza absoluta tan sólo cuatro días después. No intentéis comprender, simplemente disfrutad cuando el Atleti ruge como anoche porque Los Caminos del Atleti son Inescrutables.