jueves, 18 de noviembre de 2010

LA FACTURA DE SUDÁFRICA


Sinceramente, no tenía pensado escribir nada hasta la semana que viene, pero la actualidad me obliga. Cuando sonó el pitido final anoche en el 'Estadio da Luz' de Lisboa, desperté de un profundo letargo, un sueño diseñado por Dalí o el Infierno de Dante, una situación surrealista.¿Qué ha pasado?¿¿Quiénes eran esos de Rojo?¿Qué tipo de broma es ésta? Seguro que algunas de esas preguntas (sino todas) se os clavaron en la mente como un dardo certero y afilado.
Aún consternado, quiero explicar lo que yo vi.

El Mundial en Sudáfrica ha significado una pesada losa para muchos de los protagonistas que allí alcanzaron o acariciaron la gloria.
La desaparición de Forlán durante los 2 primeros meses de competición, los tendones de Xavi, la lesión de Robben y V.Persie, la anemia de Sneijder. Muchos de los actores principales de la gran cita africana han tenido que hacer frente a costes inesperados: La Factura de Sudáfrica.

La selección nacional española es, paradójicamente, quien ha pagado un precio más alto por haber saboreado la Gloria.
Ya he repetido varias veces que la sublime España de Aragonés (Euro08) no ha vuelto a aparecer, salvo excepciones (amistoso en Francia, 2a parte ante Alemania en semifinales).
La derrota en Argentina fue un aviso, a pesar de que ya suavicé el batacazo por: errores de bulto puntuales, eficacia Argentina, ausencias notables.

Pero lo que mis ojos vieron ayer, fue inédito para mí. Jamás había visto a la selección nacional ( ni siquiera en la nefasta etapa de Iñaki Sáez) tan desbordada e impotente como anoche.
Desde el 11 de Julio (Blatter entregaba la Copa a Casillas), España no entiende de amistosos. Ante esta situación, vislumbro 2 soluciones:

1. Decir a Villar que deje de buscar amistosos contra mayúsculos rivales heridos, con cuentas pendientes históricas. Además en casa del enemigo.
2. Preguntar a los futbolistas 'intocables' si quieren jugar, o si tienen la mente puesta en otro objetivo que consideren mayor.

Aunque cuando hablamos de orgullo, no existe objetivo mayor. Soy de los que piensan que el orgullo está por encima de los resultados, y los jugadores de la selección parecen haberlo olvidado.
Cuando se está en dinámica ganadora, hay que pelear cada partido para mantenerla, porque 2 malos resultados producto de la suficiencia pueden invertir la tendencia y echar por tierra el camino andado.

La España de ayer me recordó al Barça de San Siro la temporada pasada. Horizontalidad en el juego, posesión estéril y poca profundidad.
Un caramelo para el centro del campo portugués (dinámico y hambriento), que sólo esperaba el error para robar y salir con 2 cohetes, 2 leones vestidos de gacela, 2 puñales que buscan siempre atacar los órganos vitales.
Resumiré en varios puntos la debacle española, para no hacer sangre (no por lo abultado del resultado, sino por la actitud).

I.Xavi por delante de X. Alonso y Busquets se difumina (algo que ya sabíamos)
II. No hay jugadores profundos. Sin Pedro y Navas ¿quién pone la velocidad y el desborde?
III. Llorente y Cazorla (los mejores en el último mes de la selección) se quedan fuera.
IV. El dinamismo del centro del campo Portugués (moutinho, martins y meirelles).
V. La velocidad de CR y ¡NANI!, que sí son jugadores profundos.

La Portugal de ayer es lo más parecido al fútbol moderno: dinamismo, movimiento, velocidad, posesión dañina, llegadas a portería, dominio en las 2 áreas.

21 minutos es lo que me ha llevado desahogarme, describir una sensación generalizada.
Ni mucho menos creo que España ya no va a ganar nada, van de estrellas, no corren, y demás demagogia barata. Simplemente, que los rivales irán perdiendo el respeto que tantos años había costado conseguir si la desidia se prolonga. En fin, la vida sigue... y el fútbol también con un Tottenham-Arsenal el sábado que yo no me voy a perder.

ES IMPORTANTE LA GRANDEZA DEL GUERRERO EN LA BATALLA, PERO LO DETERMINANTE ES LA GRANDEZA DE LA BATALLA DENTRO DEL GUERRERO.

Sin motivación, no nos queda nada.

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