miércoles, 8 de abril de 2015
CRECER EN LA DERROTA
La sociedad actual nos ametralla a diario con mensajes constantes de éxito. En ellos, intentan separar de forma rápida y contundente los triunfadores de los fracasados. Cualquier campaña de marketing va dirigida a segregar la población entre ganadores y perdedores. Toma esta bebida para ser feliz, no como esos otros amargados que prefieren otra marca Si quieres destacar sobre el resto, debes rociarte a diario con esta cara colonia. Usa este modelo de botas si quieres ser como Neymar. Y así con todo.
En el fútbol, que no es más que un reflejo acotado de la vida, pasa lo mismo. Muchos medios de comunicación están buscando constantemente argumentos para ensalzar a unos y señalar a otros. Se crean atmósferas postizas en beneficio de la polémica. Ganar, ganar y ganar. Eso es lo único que importa en la y sociedad y, cómo no, en el fútbol.
Sin embargo, hay algo que nadie dice: para ganar hay que hacer las cosas muy bien. De hecho, generalmente hay que hacerlas mejor que tu oponente. A veces, ni siquiera eso es suficiente. Ser mejor que tu rival no siempre está a tu alcance. Tu equipo puede llegar a ser la mejor versión de sí mismo y, además, intentar minimizar las virtudes del equipo rival. Soy un fiel defensor de que en el fútbol, como en la vida, hay que dar extrema importancia al proceso. Es decir, eso de que 'hay que ganar por lo civil o por lo criminal' o 'tenemos que conseguirlo como sea' no tiene demasiado sentido. Uno no puede fijar la mirada en su objetivo final y olvidarse del proceso. Del mismo modo que no tiene sentido proponerte llegar a la azotea de un edificio sin saber dónde están las escaleras. Es básico poner atención en el proceso. Debemos hacer lo posible para llegar a la hora de la verdad en disposición de mostrar la mejor versión de nosotros mismos.
Lo primero de todo es mirar a la cima y anhelar llegar a ella sí. Pero hay que ser consciente de que primero hay que encontrar la escalera y luego habrá que subirla escalón a escalón. En el fútbol no existe garantía de éxito. Puedes pasar la semana preparando un partido a conciencia. Conocer a la perfección a cada jugador rival, su sistema de juego, por dónde le gusta atacar o cuáles son sus puntos débiles en defensa. Puedes gastar horas y horas en ejercicios específicos para plantear el partido de la mejor manera posible. Sin embargo, en el fútbol hay millones de factores que influyen en el resultado final. Puedes ensayar la estrategia tanto como quieras, pero si durante el partido el lanzador no está fino en el toque, de nada habrá servido. Defiendes ordenado, tapando las líneas de pase más peligrosas del rival, pero un resbalón inoportuno te ajusticia. Factores incontrolables que marcan la diferencia. Factores ajenos al proceso.
Por eso, más allá de analizar un partido en función del resultado, pienso que es importante poner especial énfasis en el proceso. No es lógico que la lectura de un partido cambie si aquel último remate da en el poste y entra, significando el dos a uno o, por contra, se vaya fuera por centímetros y te quedes con un paupérrimo empate en casa. Las victorias tapan muchos fallos en el proceso. Cuando ganas, se magnifica todo lo bueno que has hecho. La derrota, en cambio es la mejor aliada para el análisis y la autocrítica. Después de una derrota, el análisis del partido es mucho más exhaustivo. Se remarcan los errores con más vehemencia para que no se repitan más.
Es evidente, que todo el mundo juega (y vive) para ganar, porque así lo exige esta sociedad actual del éxito express. Sin embargo, una derrota puede ser más beneficiosa a la larga. Puedes desgranar mejor dónde están tus puntos débiles y atajarlos de raíz, antes de que una victoria y un par de empates le quiten importancia a esas carencias. Un buen partido que termina en derrota, puede tener unos beneficios para el equipo que la victoria jamás podrá aportar. Algunas derrotas son una oportunidad para crecer.
lunes, 9 de febrero de 2015
LAS LÁGRIMAS DE ANDRÉ AYEW
El héroe de la noche escoltado por Bony y Gervinho
Boubacar Barry 'Copa' acaba de escribir su nombre con letras de oro en la historia del fútbol costamarfileño. Después de ser portero titular de Los Elefantes durante años, perdió su sitio bajo los palos en esta Copa de África. El seleccionador Hervé Renard tenía dudas en la parcela defensiva. Después de una fase de clasificación mediocre, encajando un 4a1 en Yaoundé ante Camerún y perdiendo en casa 3a4 ante RD Congo, la perita en dulce que suponía Sierra Leona y el biscotto que firmó con la propia Camerún en el último partido, permitieron a Costa de Marfil afrontar por enésima vez el objetivo de repetir el título de 1992. El seleccionador puso al jovencísimo Eric Bailly al lado del sempiterno Kolo Touré y sentó a Barry 'Copa' en el banquillo.
El fútbol africano se teje a base de grandes hazañas y de miserables derrotas. De héroes inesperados y de villanos estigmatizados de por vida. Los tonos intermedios, los grises que suelen encontrar el punto exacto del equilibrio, no forjan epopeyas de grandes gladiadores en el balompié del continente negro. Pues bien, Barry Boubacar 'Copa' tuvo que esperar a ser relegado como suplente para saborear las mieles del éxito. Debutaba ayer en la Copa de África por la lesión de Gbouho. El debut de un veterano de guerra siempre en entredicho. Una carrera que se dirigía a la deriva recibiendo una última oportunidad para redimirse. El prólogo de algo histórico. Los cimientos de la leyenda de un héroe. En la primera parte, los postes se aliaron con Barry Copa. Primero, en un misil que salió de la pierna izquierda de Atsu (MVP del torneo) que se estrelló en el poste izquierdo. Después André Ayew, el mayor de los hijos de Abedi Pelé, icono del fútbol ghanés, en un disparo escorado que también besó el poste. Costa de Marfil hizo lo de siempre: dormir la final y bajar las pulsaciones hasta niveles subterráneos. Cuatro finales han jugado Los Elefantes y las cuatro han terminado con empate a 0. Un poquito de Gervinho por aquí, algo de Touré Yaya por allá, gotitas de Bony, templanza absoluta de Bailly atrás y locuras transitorias de Serey Die en la zona ancha.
En la prórroga se firmó un armisticio. Ambos equipos asumieron que ir a los lanzamientos de penalti era lo más lógico, el transcurso natural de los acontecimientos. Dejar el destino en manos de la épica africana. Muestra de ello fueron los cambios de Gervinho (erró un penalti en la fatídica tanda de la final de 2012 ante Zambia) por un lado y de Asamoah Gyan (falló en 1/4 del Mundial 2010 ante Uruguay en la prórroga y en las semifinales de 2012 frente a Zambia) por otro. Y es que Gyan y Gervinho son dos piezas capitales para sus equipos, pero la épica no va con ellos.
Se llegó anoche al penalti número 20 con empate. Era el turno de los porteros. Lanzó el ghanés Razak y Copa empezó a construir su leyenda parando el lanzamiento. Luego se desplomó, exhausto, como saboreando ya un éxito futuro que él asumía ya como irremediable. Golpeó Copa, ante la mirada de todo un país, salvo Gervinho que se escondió detrás del banquillo para que su mal fario en los penalties no contaminara a los suyos, a la mismísima escuadra para derrotar otra vez a Ghana desde los once metros. Para dar el segundo título de su historia a Costa de Marfil. Para repetir la historia de 1992.
Hervé Renard lo volvió a hacer. Regresó al Golfo de Guinea tres años después para convertirse en el único seleccionador en ganar dos Copas de África con dos selecciones distintas.
Hervé Renard intenta consolar a André Ayew sin éxito.
Lejos de desatar la euforia, el seleccionador de Costa de Marfil oteó el horizonte y vio a André Ayew desplomarse sobre el césped del majestuoso Estadio de Bata. Intentó consolarle, pero era imposible. Dedé estaba roto. Era pasto de la desesperación y la impotencia. Nadie fue capaz de paliar ni un ápice la tristeza del virtuoso centrocampista ghanés. Sin KP Boateng, Essien ni Muntari en el equipo, Ayew asumió la responsabilidad. Era su oportunidad de dejar de ser el hijo de Abedi 'Pelé' Ayew y convertirse en André, el hombre que guió a Ghana hasta el título treinta y tres años después. Un último título que Ghana se llevó con Abedi Pelé, el padre de la criatura, como máxima estrella. El 10 de Ghana quería repetir. Quería ganar la Copa de África guiando a las Estrellas Negras como lo hizo su padre. No fue posible. Y ese sentimiento de haber fallado se clavó en Ayew como un dardo envenenado. Esa sensación de no haber cumplido con la llamada de tu propia sangre es una responsabilidad demasiado elevada como para que la cargue en sus espaldas un ser humano. Dedé Ayew, quien se había autoimpuesto el papel de 'heredero', estaba deshecho.
Costa de Marfil llevaba años intentándolo. Estando muy cerca. Dos finales recientes perdidas por penalties eran demasiado castigo para esta gran generación, ahora ya sin Drogba. La insistencia tuvo premio. Esto es fútbol africano. Historias de grandes hazañas y de lágrimas derramadas sin consuelo.
Enhorabuena a los campeones.
LAS TAREAS, POR MUY FATIGOSAS QUE PAREZCAN A LOS DEMÁS ANIMALES, NUNCA LE RESULTAN DEMASIADO PESADAS PARA UN ELEFANTE.
sábado, 13 de septiembre de 2014
LOS CACHORROS PIDEN PASO
Aboubakar y Njie celebran uno de los cuatro goles que endosaron a C.Marfil
El ser humano, por desgracia, corre el riesgo de caer en la rutina. Instalado entre promesas de una vida mejor, van pasando los días y nada cambia. Hasta que llega un momento en el que tienes que decidir: conformarte con mantener ese estilo de vida que encadena decepciones una tras otra o, por contra, rebelarte contra ti mismo y buscar nuevos caminos.
Todavía con el sabor del pasado Mundial clavado en el paladar, se nos ha venido encima, como un soplo de aire fresco, la fase de clasificación para la Copa de África que arrancará el próximo enero en Marruecos. Esta fase de clasificación viene marcada por dos aspectos clave: la movilidad geográfica que han sufrido Guinea Conakry y Sierra Leona por el brote de Ébola que ha estallado en esos países y la renovación que han experimentado algunas selecciones hartas de promesas de una vida mejor. Para empezar, los dos futbolistas africanos con mayor trayectoria a nivel internacional en la historia, han decidido apartarse. Tanto Samuel Eto'o como Didier Drogba han dejado paso a las nuevas generaciones, a nuevos cachorros hambrientos.
Para estar en Copa de África, las selecciones han tenido que pasar dos fases clasificatorias y ahora se ven encuadradas en siete grupos de cuatro. Los dos primeros y el mejor tercero de los siete grupos acompñarán a Los Leones del Atlas en la gran fiesta del fútbol africano.Este baile de enfrentamientos repartidos por todo el Continente Negro suopnen para el pueblo africano una gran fiesta.
Ante la imposibilidad de desgranar por escrito esta doble jornada (28 partidos) me voy a centrar en la metamorfosis que ha experimentado un equipo que parecía abocado al abismo. Un doble campeón de África y Oro olímpico a principios del siglo XXI venido a menos.
CAMERÚN ha sido, sin duda, la gran sensación de este arranque de fase clasificatoria. El seleccionador Volker Finke, sorprendentemente mantenido en el banquillo a pesar del esperpéntico Mundial del equipo, ha sacado la fregona y ha hecho limpieza a fondo. Motín de los jugadores antes de viajar a Brasil, equipo desorganizado en el terreno de juego e, incluso, peleas entre compañeros. Un bochorno nacional sin precedentes. Llegó la hora de rebelarse contra lo establecido; era el momento de hacer un cambio radical. Los retirados Webó y Eto'o, el sancionado Song y los señalados Chedjou, Makoun, Itandje o Assou Ekotto no están en la concentración de Los Leones Indomables. Pilares fundamentales en los últimos años que no siguen. Rutina con promesas de una vida mejor que no llegaba.
Ahora los héroes nacionales son otros. Cachorros con hambre de éxito que han devuelta la ilusión al pueblo camerunés. Empezaron los Leones Indomables con victoria en territorio comanche, RD Congo. Lubumbashi, terreno siempre complicado para los países de África central, tuvo que rendirse a esta nueva Camerun después del 0a2 inapelable. A los tres días, un test de altura. El equipo de Finke recibía a Costa de Marfil en el imponente estadio de Youndé. La primera gran prueba para estos cachorros. Ondoa, el joven portero juvenil del Barcelona se ha hecho dueño de la portería. Después de sus recientes grandes actuaciones con la selección sub20, ha cogido la responsabilidad con los mayores. Bony, Gervinho y Doumbia acabaron desesperados por las grandes intervenciones del felino guardameta de sólo 18 años. En el eje de la zaga, junto a Nkolou, emergió Mbia, ahora capitán y mariscal defensivo del equipo. Arriba, llegan los motivos para la sonrisa. Moukandjo, un velocista con botas de fútbol, el ya nuevo ídolo Aboubakar y la gran promesa del Lyon Njie, destrozaron a la defensa costamarfileña. Velocidad, potencia, habilidad en el 1 contra 1, desborde y gran capacidad goleadora. Éste es el aval del nuevo ataque camerunés. Hervé Renard, flamante nuevo seleccionador de Costa de Marfil, recibió el primer revés como máximo responsable de Los Elefantes.
Un 4a1 que hizo rugir al público camerunés. Dobletes de Njie y Aboubakar, ataques frenéticos y paradas de Ondoa. Una tarde que en Yaoundé se va a recordar durante muchos años.
"Cuando el León deja de traer la comida a casa, debe apartarse y dejar que los cachorros hagan el trabajo"
lunes, 3 de febrero de 2014
LA HUELLA DE LUIS
Hacía tiempo que no escribía en el blog. No por falta de ganas ni de ideas, sino porque la actualidad apremia. Es triste renunciar a hacer cosas que te gustan en favor de otras, menos satisfacorias y de mayor obligación, pero así son las cosas. Aun así, a pesar de verme comprometido por múltiples tareas, he arañado unos minutos para retomar el pulso de éste, vuestro espacio.
Para empezar quiero advertir algo: este blog siempre ha antepuesto las sensaciones a los datos. Así que la wikipedia no es una herramienta habitual aquí.
Dicho esto, quiero recordar una frase que oí hace tiempo y que me parece brillante: 'Somos la huella que dejamos en los demás'.
El sábado por la mañana nos depertó un mazazo: la muerte de Luis Aragonés. Una figura que va más allá del curriculum, los títulos o los récords. Un dardo en la memoria. Una huella imborrable.
Cuando leí la noticia por Twitter, tardé unos minutos en asimilar aquella realidad y me senté al borde de la cama. Me trasladé al verano de 2008, a aquella tarde-noche contra Rusia en la semifinal de la Eurocopa. España había eliminado a Italia en 1/4 gracias a las manos de Casillas y el temple de Cesc en el último penalty. Camoranesi podría haber decantado la balanza para los italianos en la prórroga, pero no. Era el turno de España. Era el turno de Luis.
Rusia, por su parte, había barrido a Holanda y se presentaba en las semis con un Arshavin desatado.
El caso es que empezó el partido y pronto se lesionó Villa. Entonces llegó el momento de Pavlychenko, que según Luis era el mejor de los rusos, con dos remates afilados que amenazaban con el gol.
En la segunda parte, no despegué los ojos de la televisión ni un segundo. Lo que yo vi aquel día, aquella cascada salvaje de fútbol de la Selección Española, no lo he vuelto a ver en mi vida. Ni creo que vuelva a verlo. Fútbol control orientado a herir al rival. Nada de triangulación estéril. Posesión de balón con el cuchillo entre los dientes. Tres goles a Rusia que pudieron haber sido media docena con algo más de acierto.
La final frente a los alemanes tuvo menos historia. Dos cabezazos imperiales de Torres que no acabaron en la red por poco y una carrera del propio Niño al espacio con definición exquisita que sí besó las mallas. España campeona de Europa. El inicio de una senda triunfal.
Luis Aragonés cogió a una Selección deshecha tras el fiasco de la Euro04 en Portugal. En el Mundial 06, Francia no tuvo piedad de España y la echó del camino en 1/8 con una lección de fútbol eléctrico. Luis dijo que se iría si no hacía algo importante. Pero mintió. Se quedó en el banquillo de La Roja y tomó algunas decisiones importantes. Como no llamar más a Raúl. Pero, sobre todo, detectó las virtudes de los futbolistas españoles y moldeó un estilo que aún perdura (con algunos matices conservadores). Decidió juntar a todos los buenos en el campo. Daban igual las posiciones y los esquemas. Simplemente entendió que si el balón lo tienes tú y sabes qué hacer con él, los sistemas de juego se desvanecen en la pizarra.
A partir de entonces, la Selección se ha agarrado a ese modelo exitoso con resultados inimaginables.
Antes, había arengado a Eto'o para hacerle ver que sólo era válido si estaba al 100%. Abroncó a Romario por falta de disciplina. Propuso un pulso a la prensa nacional (caso Raúl) e internacional (caso Henry y las colonias británicas) que ganó por K.O. técnico. Leyenda inmortal del Atleti, al que rescató cuando peor lo estaba pasando. Forjó a Torres y devolvió la confianza a Xavi. Pensó que es mejor tener a un futbolista liviano que mantenga la posesión del balón que a un atleta que corra detrás de él. Convocaba a jugadores según su rendimiento, no el club al que pertenecía.
Pero, principalmente, cambió la actitud y sacudió los complejos toda una generación de futbolistas. Les miró fijamente a los ojos y les dijo: '¿Y por qué no vosotros?'
Si, como creo, 'Somos la huella que dejamos en los demás', la figura de Luis es eterna.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
ESTAMPIDA SALVAJE HACIA BRASIL
Drogba y Eto'o estarán en el Mundial capitaneando a C.Marfil y Camerún (foto @omomina)
En África, la 'Ley del más fuerte' es un principio asumido por todos. Una norma intrínseca de un continente acostumbrado a sufrir las sacudidas brutales del destino y con un coraje admirable para salir adelante de situaciones adversas. Es común observar, con ojos perplejos, las migraciones en manada de animales en busca de alimento, buenas temperaturas o, simplemente, para huir del depredador. Las selecciones de fútbol africanas no están exentas de esta lucha permanente. Cada clasificación en la zona africana supone un esfuerzo titánico. Viajes que se hacen eternos, hostilidad por parte de la hinchada rival, la sombra de la duda arbitral... En definitiva, sólo sobreviven los más fuertes.
Estos días se han repartido las cinco plazas africanas para el Mundial de Brasil 2014. La consumación del poderío del África Negra Central (4 representantes) y la decepcionante situación del Norte (1) y del Sur. Vamos a dar un breve repaso a las 5 eliminatorias finales que han encumbrado a un quinteto de equipos que representarán a África en el Mundial y que lucharán por romper la barrera de los 1/4 de final.
SIGUIENDO LA BUENA LÍNEA
Nigeria tiene motivos para sonreír. Actual campeona de África absoluta y reciente campeona del Mundo sub-17. Después de la decepción que supuso la no-clasificación para la CAN 12, Stephen Keshi ha tomado el mando de las Súper Águilas y las guía por buen camino. Seguridad defensiva, galones en el centro del campo para dos gigantes como Mikel Obi y Onazi y, sobre todo, potencia y velocidad en ataque. Etiopía se presentó en Calabar en clara desventaja (1-2) en la ida. Además, un penalty más que discutible (esos penalties que sólo se le pitan a los equipos locales en África) supuso el gol de Moses que, acompañado de Musa y Emenike en ataque, forman un tridente ofensivo de lujo.
Saladin Said, estrella etíope, siempre fue una isla y la sentencia llegó con un disparo de Obinna que cerró definitivamente el pase. Nigeria dio otro paso para seguir con ese sendero de éxitos.
JUGAR CON FUEGO
Drogba, Touré Yaya, Gervinho y compañía no necesitan presentación. Futbolistas contrastados, estrellas del balompié. Hace un mes, en Abidjan, un gol sobre la bocina de Papiss Cissé daba esperanzas a Senegal (3a1). Giresse, seleccionador Senegalés, decidió quitar a un delantero (Sow) y dar entrada a la joven perla del fútbol africano Sadio Mané, que dejó en evidencia siempre que quiso a Kolo Touré en un partido escandaloso. Una actuación para tener guardada en las hemerotecas. El buen fútbol desplegado por Senegal en Casablanca (territorio neutral) obtuvo premio a 15 minutos del final con un penalty transformado por Moussa Sow. El asedio fue tal que el propio Drogba decidió incrustarse en la defensa costa-marfileña para repeler los ataques de los Leones de Teranga. Sin embargo, un contraataque dirigido con maestría por Yaya desembocó en gol de Kalou. Alegría contenida en Costa de Marfil, aliviada por el pase, a la vez que preocupada por la mala imagen mostrada. Costa de Marfil jugó con fuego y a punto estuvo de quemarse.
ASÍ, ¡SÍ!
Camerún recibió a Túnez con muchas dudas tras el 0a0 de la ida. Finke hizo dos variaciones tácticas que cambiaron el rumbo de la eliminatoria. En primer lugar, deshizo ese rombo maldito; sacrificó a Matip y, como consecuencia, optó por abrir el campo con Moukandjo. Además, usó dos laterales nuevos para cortar la hemorragia que sufrió a la espalda de la defensa en la ida. Un reconvertido M'bia en la derecha y el amnistiado Assou-Ekotto dieron la solidez necesaria a los Leones Indomables. Con Song en la sala de mandos, el juego de Camerún fluyó para deleite de los aficionados que abarrotaron las gradas del estadio en Yaoundé. Moukandjo (1golazo en un slalom eléctrico y tiro seco a la base del poste) ejerciendo de puñal, Webó (1 gol) con su sacrificio habitual y MAKOUN (2 goles) vestido de torero para aumentar su status de ídolo local (Un gran poster de Makoun, a la derecha de otra foto de Eto'o, del mismo tamaño, presidía las gradas), neutralizaron el único gol tunecino que sólo despertó de su letargo al inicio de la segunda mitad. Resultado contundente (4a1) y Camerún ya tiene el billete al Mundial.
Makoun puso en pie al Estadio Omnisport de Yaoundé con dos goles. El segundo, una joya para enmarcar.
TRÁMITE EN EL CAIRO
La eliminatoria menos trascendente de las 5 disputadas, fue la que enfrentaba a Egipto y Ghana. Un 6a1 inapelable en Kumassi convirtió el partido en puro trámite. Ghana, con Essien, Muntari, Asamoah y Ayew en el centro del campo, jamás vio peligrar su pase al Mundial. 2 goles en la segunda parte de Los Faraones, pusieron algo de emoción, pero KP Boateng, que volvió a la selección para asegurar su presencia en Brasil, remató un centro de Gyan y dilapidó cualquier esperanza egipcia. 2a1 insuficiente para una Egipto que ha ganado 7 de los 8 partidos en las eliminatorias. Y es que en África un mal día te aparta del camino. Egipto (triple campeona de África en 2006, 2008 y 2010) sigue sin encontrar sitio en la cita mundialista. Se desvaneció el sueño de Aboutrika. Ghana tiene hambre de éxitos.
EL HONOR NORTEAFRICANO
Que el fútbol de selecciones en el Norte de África vive momentos complicados no es una novedad. Argelia será el único representante de esta zona en el próximo Mundial. Para ello, tuvo que emplearse a fondo. Arrastraba un 3a2 adverso de Ouagadogou, donde fue víctima de un penalty dudosísimo (sí, de esos que sólo le pitan a los locales en África) al final del partido. El estadio de Blida se llenó 11 horas antes del inicio del encuentro. Fue el capitán Bougherra quien, en una jugada rocambolesca dentro del área de Burkina Faso, dio el pase a Argelia en el único gol del partido. Sacó después Burkina toda la artillería: Bancé, Alain y Bertrand Traoré, pero fue insuficiente. En el último suspiro, el poste repelió un balón que, de haber entrado, hubiera significado la primera participación de Burkina Faso en un Mundial en toda su historia. Argelia será, por tanto, el único representante norteafricano en Brasil 2014.
El fútbol en África no entiende de favoritos. Cada jugada es una batalla. Cada error, una tragedia. Los protagonistas lo saben y son conscientes que sólo consiguen éxitos los que se muestran constantes en su entrega y generosos en su esfuerzo. Éstos son los apodos de los 5 africanos que buscarán romper la barrera de los 1/4 de final por primera vez:
Costa de Marfil- LOS ELEFANTES
Nigeria- LAS SÚPER ÁGUILAS
Argelia- ZORROS DEL DESIERTO
Camerún- LEONES INDOMABLES
Ghana- ESTRELLAS NEGRAS
"EL CAZADOR DE ELEFANTES NO SE DITRAE DISPARANDO A LOS PAJARITOS"
Proverbio Africano
-Sean Felices-
miércoles, 16 de octubre de 2013
LOS SENDEROS QUE LLEVAN A BRASIL
El pasado fin de semana, la mayoría de selecciones certificaron su pase para el Mundial 2014 que se va a disputar en Brasil. Las menos aplicadas se han quedado fuera del mayor evento futbolístico. Otras, en un escalón intermedio, purgarán en la agonía de la repesca, agotando la última bala de la recámara para estar ante los grandes focos el verano que viene.
Si una Confederación ofrece espectáculo puro, ésa es la Africana. Todos los méritos acumulados en la fase de gurpos sólo sirven para una cosa: estar en el playoff final que da el acceso a 5 selecciones. Pues bien, este fin de semana se ha disputado la ida de los trascendentales playoffs con un gran ambiente en las gradas, estrellas que han brillado por encima del resto, selecciones que han naufragado, polémica arbitral y, como siempre, una atmósfera mágica que sólo se vive en los estadios del Continente Negro.
Para facilitar la digestión de los 5 encuentros, los vamos a descubrir uno a uno para saborearlos por separado, en pequeñas dosis.
EL RODILLO GHANÉS
La eliminatoria entre Ghana y Egipto se presumía la más interesante de todas. Los Faraones, apartados del gran escenario durante los últimos tres años, habían firmado una fase de grupos inmaculada: 18 puntos en 6 partidos. El equipo que dirige Bob Bradley había demostrado fiabilidad y magia en esa conexión neoclásica: Aboutrika y M.Salah. Por su parte, Ghana, se mantuvo fiel al guión de los últimos tiempos. Las Estrellas Negras son un equipo muy 'europeizado'. Disciplinados en el trabajo defensivo y rigurosos en la presión.
Kumasi, ciudad talismán para la selección ghanesa, vivió una exhibición histórica de su equipo. Con la ausencia sospechosa de Boateng, Ghana formó con Muntari, Essien, Ayew y Asamoah en un centro del campo de escándalo. Waris y Gyan ejercieron una presión feroz sobre la temerosa y torpe defensa egipcia. El resultado: un 6a1 con doblete de Gyan. Salvo debacle histórica, Ghana estará en el Mundial con las heridas de 2.010 aún abiertas.
COITUS INTERRUPTUS EN ABIDJAN
Si hay una selección en África con poderío, ésa es, sin duda, Costa de Marfil. Una generación de estrellas que, paradójicamente, ha sido incapaz de alzarse con una Copa de África o llegar lejos en un Mundial. Se presentó Senegal en Abidjan con la difícil tarea de desconectar a Touré Yaya de Drogba y Gervinho, futbolista en estado de gracia. No sólo no lo consiguieron, sino que a los 15 minutos, el luminoso ya reflejaba un 2a0 para Los Elefantes. El primero, en una combinación rápida entre Yaya y Gervinho que acabó en un penalty transformado por Drogba. El segundo mazazo para los Leones de Teranga llegó enseguida; en una pérdida en el centro del campo que aprovechó Gervinho en una prodigiosa galopada y, con ayuda de un defensor, ponía tierra de por medio.
Entonces Senegal se dio cuenta: no podía permitirse el lujo de perder más balones en zona de creación. Empezó a jugar directo con Sow, Cissé y, sobre todo N'doye. Crearon peligro, pero al iniciar la 2a mitad, Gervinho, omnipresente, asistió para que Kalou hiciera el 0a3.
El partido parecía sentenciado pero Cissé tiró de instinto para marcar en el minuto 95 el gol que da algo de esperanza para la vuelta, que se jugará en Casablanca por la sanción que arrastran los senegaleses. Costa de Marfil lo tenía hecho. Ahora, con 3a1, aún tendrá que sudar el pase.
CAMERÚN SE ESCAPA VIVA
Los Leones Indomables son cada vez menos leones y más domables. Con un 4-4-2 en rombo y un centro del campo poco dinámico, los cameruneses sufren lo indecible frente a equipos de piernas ligeras y desborde por las bandas. Así, Khalifa, Chermiti y Allaghi, atacantes tunecinos, rompieron la defensa de Camerún sin descanso durante los 90minutos. Pero, claro, para ganar un partido hay que depositar la pelota en las mallas y Las Águilas de Cártago no lo hicieron. Itandje detuvo todos los ataques tunecinos en una actuación memorable. Incluso el poste se alió con Camerún cuando Ben Youssef estrelló un cabezazo franco en la madera.
Sin embargo, por esas extrañas cosas del fútbol, Camerún tuvo la mejor ocasión del partido ya en la segunda mitad. Centro fantástico de Nyom que Webó, incomprensiblemente, no acertó a rematar. Song sólo apareció cuando jugó por el centro y Eto'o, perdido entre los centrales tunecinos, se vio obligado a retrasar 15 metros su posición para organizar el ataque. Con el 0a0 todo queda abierto para la vuelta en Camerún.
UN GENIO LLAMADO PITROIPA
En Ouagadogou, cada partido de la selección es una fiesta. Burkina Faso, selección poco exitosa en los últimos tiempos, vive su época dorada. Fue finalista en la última Copa de África disputada en febrero y, ahora, está a sólo 90 minutos de colarse en el primer Mundial de su historia. El ambiente en el Estadio 4 de Agosto en la capital burkinesa era de fiesta absoluta. El partido empezó espeso, con demasiado respeto entre Los Potros y Argelia. Aristide Bancé, uno de los héroes de la Copa de África, lo probaba sin suerte. Por su parte, Los Zorros del Desierto, apoyados en la calidad de Feghouli y la electricidad de Soudani, empezaron a crear peligro. Robo y balón largo: ésa era la premisa argelina.
Entonces apareció Jonathan Pitroipa entre líneas, ídolo local, para romper el partido. Firmó una jugada estratosférica para forzar un penalty que erró Bancé. Lejos de hundirse, Los Potros insistieron hasta encontrar en la cabeza de Pitroipa el premio del gol. La segunda parte fue un intercambio de golpes que llegó casi al final con 2a2. Sobre la bocina, el línier creyó ver manos en el área argelina. Bancé no perdonó esta vez y Burkina, con un ajustado 3a2, aún sueña con estar en Brasil.
DEMASIADO EMENIKE PARA ETIOPIA
Nigeria es la actual campeona de África. Con figuras como Moses, Musa y Emenike en ataque, se vive más tranquilo. Etiopía puso su suerte en manos de Saladin Said, un futbolista superior. De hecho, en una decisión errónea del linier, no le dieron por válido un gol a la figura etíope en un balón que había sobrepasado la línea. Ya en la segunda mitad, Enyeama introdujo el balón en su propia portería y el público en Addis Abeba estalló. No era para menos: Etiopía había dado un paso de gigante. Sin embargo, entre el júbilo local, emergió Emenike, un auténtico puñal, para aguar la fiesta a la hinchada local. Empató con un latigazo desde fuera del área y dio la vuelta al marcador (1a2) transformando, sereno, un penalty que él mismo había provocado. Las Súper Águilas tienen pie y medio en el Mundial.
El próximo mes sabremos cuáles son los elegidos para afrontar el enésimo intento africano por romper la barrera de los 1/4 de final en un Mundial. En África no hay partidos de trámite ni puntos intrascendentes en fases de grupos como en el resto de lugares del planeta. En el Continente Negro cada jugada es una aventura. Las alegrías resultan efímeras si no se conservan con uñas y dientes. Los golpes son demoledores si empiezan a entrar las dudas. Batallas sin tregua, fútbol en estado puro.
"EL CAZADOR QUE, DESESPERADO POR EL HAMBRE, INTENTA CAZAR DOS GACELAS AL MISMO TIEMPO, VUELVE A CASA CON LAS MANOS VACÍAS" Proverbio Africano
lunes, 9 de septiembre de 2013
ÁFRICA RUGE
En noviembre de 2011, después de varios años sin acudir a la selección del país de nacimiento de mi padre, recibí una llamada de la Federación de Guinea Ecuatorial. Me reclamaban para una eliminatoria frente a Madagascar. Para ser sincero, dije que sí sin saber muy bien a qué competición correspondía aquella eliminatoria, pero preparé la maleta y fui. Era la fase preliminar hacia el Mundial 2014. Ganamos la eliminatoria y accedimos a la fase de grupos.
Resulta que África tiene 5 plazas para el Mundial de 2014 que se disputará en Brasil. Para dirimir qué países representarán al Continente Negro en una cita de tal envergadura, había que encuadrar a 40 selecciones en 10 grupos. Los primeros de grupo, han accedido a la ronda final: una eliminatoria a doble partido que otorgará a las 5 mejores selecciones el billete a Brasil.
Pues bien: después de los partidos de este fin de semana, ya conocemos a las 10 selecciones que se lo van a jugar todo a una carta.
Ayer leí una pintada en un muro que decía: 'Dedica más tiempo a cosas que te hagan realmente feliz'. Y eso es precisamente lo que voy a hacer. Explicar el recorrido de dichas selecciones hasta el cruce final. Historias africanas que relatan mucho sobre la vida y algo sobre fútbol.
Dos grandes exponentes del fútbol africano consiguieron la clasificación con holgura.
Egipto, dominadora absoluta del fútbol africano entre 2006 y 2010 (triple corona africana), ha vuelto a reverdecer viejos laureles. Los Faraones se han paseado por su grupo. Bradley cogió a un equipo en descomposición y lo ha resucitado. Ha recuperado al mejor Aboutrikka y le ha conectado con la estrella emergente: M. Salah (Basilea). Egipto vive épocas convulsas: revueltas políticas, las 74 muertes en Port Said, el parón de la liga local... La selección vuelve a ser foco de atención por sus éxitos, una de las pocas alegrías de una población castigada por la violencia.
La mayor decepción contemporánea en el fútbol africano es que la mayor generación de super estrellas no se haya alzado con el título continental. Nunca tiene problemas en las fases de grupos y ésta no ha sido una excepción. Costa de Marfil ha disputado finales de Copa África recientes, pero jamás se ha alzado con el trofeo. Los veteranos Yaya y Kolo Touré, Zokora. Los discutidos Kalou y Gervinho. Los que piden paso como Lacina Traoré y W.Bony. Y, sobre todo, Drogba. Están ante una gran oportunidad: olvidar las últimas decepciones y acceder a una fase final de Mundial para demostrar que quieren hacer historia.
Otras selecciones han tenido que esperar a la última jornada para finiquitar su acceso a la ronda final. Partidos como local y la seguridad de dar la talla. Es el caso de las Súper Águilas nigerianas. 2 a 0 frente a Malawi con goles de dos superclase: Emenike y Moses. La actual campeona de África ha encontrado el camino del éxito.
Ghana recibió a Zambia de manera hostil. Obligó a los Chipolopolos a entrenarse a oscuras en un parking el día antes de partido, les apedrearon el autobús e hicieron gala de unas malas artes impropias de un gigante del fútbol continental. En el estadio Kumassi no cabía un alfiler. Volvían Gyan, Essien y Ayew a la alineación ghanesa y eso, amigos, es garantía de éxito. Victoria y pase.
Camerún, zarandeada por la polémica en las últimas fechas, dio por fin una alegría a sus aficionados. Recibía a Lybia en Yaundé y no fallaron. Servicio de córner magistral y Chedjou cabeceó a la red y dio el pase a los Leones Indomables.
Otros Leones, los de Teranga, también estarán en la ronda final. Senegal tiene un ataque poderosísimo (Sow, N'doye, Cissé, Ba,...), pero le falta claridad en la zona de 3/4. Por ello, Sadio Mané, talentoso atacante del Salzburg, se ha convertido en estrella para los senegaleses. Su calidad individual ha encandilado a todos y por ella pasa gran parte de las esperanzas senegalesas. Su gol in extremis a Uganda certificó el pase.
La floja actuación de Mali en su grupo la ha aprovechado Argelia para dar un paso al frente. Los Zorros del Desierto, que han dominado el grupo de principio a fin, acompañarán a Egipto como únicos representantes norteafricanos en la última fase.
También ha habido grandes sorpresas, vuelcos inesperados del destino. Selecciones que llegaban a la última jornada con pie y medio fuera, pero, lejos de bajar los brazos, lo han peleado hasta el final y han obtenido recompensa. El caso de Cabo Verde es digno de estudio. Los Tiburones Azules perdieron los 3 primeros partidos de la fase de grupos. Sin embargo, la alineación indebida de Emilio Nsue les dio los 3 puntos frente a Guinea Ecuatorial en los despachos. A partir de ahí, todo alegrías para una selección en clara línea ascendente. Se plantaron en casa de Túnez con la difícil empresa de llevarse los 3 puntos. ¡Vaya si lo hicieron! Bajo la batuta de Platini pintaron un 0a2 en el luminoso demoledor para los tunecinos.
Burkina Faso hizo el más difícil todavía. La actual subcampeona de África se presentó a la última fecha esperando una carambola. Debía ganar a Gabón y esperar un empate entre Níger y Congo. Estos dos se hicieron el hara-kiri en Niamey (2a2) aupando a Los Potros, que ganaron por la mínima.
Pasarán los años y muchos no serán conscientes de lo JEFAZO que es Saladin Said. El omnipresente delantero etíope que nos encandiló en la pasada copa de África, guió a su equipo hacia el objetivo. Le remontaron a República Centroafricana en su propia casa (1a2) e hicieron inútil la victoria de Sudáfrica. El gol del empate lo hizo Said, ejerciendo de funambulista en el área pequeña con un control exquisito que acabó con remate a la red. Estos chicos tienen mucho fútbol que demostrar.
Hemos llegado al momento decisivo. El 16 de septiembre se sortean las eliminatorias definitivas. Unos cruces espectaculares. En África el fútbol es religión. Cuando hay partido de selección, el país entero se paraliza. Se olvidan los conflictos territoriales, las ocupaciones occidentales, los problemas sociales durante dos horas. El fútbol une: ésa es la grandeza del fútbol africano.
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